lunes, 10 de abril de 2017

La cárcel y los privilegios

Es parte de la impunidad


>>> Sin privilegios 






O todos o ninguno

12 policías procesados por dar golpizas a presos de módulo de máxima seguridad del Comcar
Como los integrantes del Grupo de Requisa se negaron a individualizar a quienes propinaron las golpizas, la Justicia decidió procesar a todos.
10.04.2017



Un subcomisario, una operadora penitenciaria y 10 guardias penitenciarios fueron procesados por la Justicia tras comprobarse que practicaban golpizas a internos del Módulo 12 de la Unidad Nº 4 de Santiago Vázquez.
A mediados de marzo de este año, la madre de uno de los reclusos que cumplen pena en el Módulo Nº 12 (máxima seguridad) denunció apremios físicos sufridos por su hijo, que le fueran propinados por efectivos del Grupo de Requisa que actúa en dicho módulo. La denunciante aportó fotografías que dieron inicio a la participación del DIAP (Departamento de Investigación y Análisis Penitenciario) quien informó inmediatamente a la Dra. Julia Staricco de Penal 16º.
La denuncia apuntó a dos efectivos particularmente como los principales instigadores de las golpizas que tuvieron como punto focal el 14 de marzo pasado, ocasión de una requisa en la que se volvió a practicar apremios a los internos allí alojados por parte de efectivos de la guardia penitenciaria, informó el Ministerio del Interior. Los hechos quedaron registrados en el circuito de video cerrado con el que cuenta el módulo de máxima seguridad, constituyendo la prueba principal que permitió el procesamiento de los involucrados.
Con las imágenes como prueba, la Dra. Staricco determinó la veracidad de las denuncias, no obstante "no poder individualizar con claridad la identidad de los principales protagonistas de las mismas, razón por la que requirió el testimonio de los guardias penitenciarios y de una operadora penitenciaria, sin éxito". Ante la negativa general fueron procesados sin prisión todos los miembros del Grupo de Requisa y con prisión el subcomisario H.P.C, principal responsable de las acciones de este grupo.
Los procesados sin prisión deberán cumplir tareas comunitarias por 120 días (4 horas por día), acciones que deberán coordinarse con la Intendencia de su domicilio o con la Oficina de Supervisión para la Libertad Asistida (OSLA). Estos funcionarios no volverán a cumplir funciones en el Grupo de Requisa.
La investigación judicial está cerrada con los procesamientos dictados, no obstante lo cual siguen las investigaciones administrativas sobre los involucrados en los hechos.
A partir de estas actuaciones, la Dirección del INR ha dispuesto -en coordinación con su par de la Guardia Republicana- la instalación de un puesto de revisoría especial para toda persona (funcionario o particular) que ingrese al Módulo 12, integrado por efectivos de la Guardia Republicana.
"El director del Instituto Nacional de Rehabilitación se constituye por estas horas en la Unidad Nº 4 donde informará directamente de estas actuaciones al personal penitenciario y a los privados de libertad del referido módulo. Asimismo, también ha dispuesto que todos los funcionarios penitenciarios que participen de los Grupos de Requisa portarán cámaras personales de filmación para registrar todas las acciones que realicen en esas instancias", indicó el Ministerio del Interior.
Fue procesado con prisión el subcomisario H.P.C. como autor de un "delito de abuso de autoridad contra los detenidos en ocurrencia fuera de la reiteración con reiterados delitos de lesiones personales en calidad de autor".
El resto fue procesado sin prisión, entre ellos la operadora penitenciaria L.P.I.S. y los guardias penitenciarios C.R.B.F, A.G.A.D.S., C.A.G.L., O-C.V. y D.G.S.L. como autores de "un delito de abuso de autoridad contra los detenidos en concurrencia fuera de la reiteración con reiterados delitos de lesiones personales en calidad de coautores", imponiendo como medida sustitutiva la obligación de concurrir a la OSLA y/o a la Intendencia Municipal de su domicilio a realizar tareas comunitarias dos veces en la semana que libran o en su defecto en el día franco semanal, totalizando 4 horas a la semana por 120 días.
Los guardias penitenciarios M.L.D.L.R, D.L.M., E.G.V., J.D.M. y J.C.P.B. fueron procesados por la comisión de un "delito de abuso de autoridad contra los detenidos en calidad de autores, imponiendo como medida sustitutiva la obligación de concurrir a la OSLA y/o la Intendencia Municipal de su domicilio a realizar tareas comunitarias dos veces en la semana que libran o en su defecto en el día franco semanal, totalizando 4 horas a la semana por 120 días".
Información del Ministerio del Interior

Cárcel de mujeres


>>> Con privilegios
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04 abr 2017
En esa apacible cárcel —no tiene los niveles de hacinamiento ni la violencia que caracteriza a los módulos 8 y 9 del Comcar— también fueron alojados en el pasado Pablo Goncálvez, acusado de cuatro asesinatos; los empresarios argentinos Matías Campiani y Sebastián Hirsch, exresponsables del consorcio Leadgate que tuvo a su cargo el control de Pluna y el empresario gastronómico de Maldonado procesado con prisión por abusos sexuales a menores.
Las autoridades carcelarias niegan que Campanero sea una "cárcel VIP". Una junta de técnicos del Instituto Nacional de Rehabilitación decide el destino de cada preso en función de su perfil y lo fundamenta, dijeron fuentes penitenciarias.
El penal se llama Campanero porque cerca pasa el arroyo homónimo, de los más caudalosos del departamento de Lavalleja. A poca distancia del penal se encuentra un cerro que lleva el mismo nombre.
La entrada de la cárcel tiene varios celdarios. Allí se quedan cinco días los reclusos recién llegados.
El penal está subdividido en cuatro sectores: celdas colectivas cuyas puertas están abiertas durante el día. Los presos entran y salen de las barracas. Pasean, toman mate. También tienen derecho al uso de celulares, pero de manera muy regulada.
Los puestos de vigilancia observan a cada uno de los sectores. En Campanero, hay un sector mejor que los otros tres: cuenta con gimnasio y sus paredes están pintadas. Al costado del penal funciona una chacra para presos que están por salir en libertad.

Progresividad.

Los reclusos de Campanero tienen determinado perfil: no ser violentos y haber cumplido con el sistema de progresividad. En el penal pueden convivir un delincuente de "guante blanco" con un rapiñero que pasó por distintas etapas de rehabilitación.
"No calificaría a Campanero como una cárcel VIP. Está dentro del grupo de cárceles que funcionan correctamente", expresó a El País el comisionado parlamentario, Juan Miguel Petit.
Dentro de ese grupo, se encuentran las cárceles de Cerro Largo, Florida, Durazno y Artigas.
Petit calificó como un "avance" la situación de estas cárceles. "El sistema no es perfecto. Pero el trabajo de la junta de clasificación le da transparencia", dijo.
Campanero aloja alrededor de 300 detenidos.


  Miércoles 05 • Abril • 2017





Eduardo Bonomi. Foto: Pablo Nogueira (archivo, setiembre de 2013)
Eduardo Bonomi. Foto: Pablo Nogueira (archivo, setiembre de 2013)
 

Bonomi defendió reclusión de Sanabria en cárcel de Campanero
El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, explicó que el ex diputado suplente del Partido Colorado y dueño de Cambio Nelson, Francisco Sanabria, será recluido en la cárcel de Campanero, debido al peligro de que pueda utilizar su poder económico con otros presos.
"Cuando a determinadas cárceles van personas con recursos, se corren otros riesgos, como que esos recursos estén a disposición de los presos", dijo Bonomi, haciendo referencia al dinero que muchas veces exigen los reclusos a los recién llegados para presionarlos. Aunque según el ministro, muchas veces es el propio recluso que recién entra a la cárcel quien pone a disposición de los demás internos su propio dinero. Para el jerarca, "en cualquiera de los dos casos genera un problema adicional a la cárcel, entonces cuando se resuelve a dónde van, se evitan problemas".
Bonomi también habló de las comodidades de la cárcel de Campanero, y dijo que "salvo el celdario de Punta de Rieles, todos los demás tienen baño privado, en el sentido de que están dentro de la celda". "¡Le regalo el baño privado que hay en las cárceles!", expresó. Respecto de la losa radiante, explicó que con su instalación se busca evitar que suceda lo mismo que lo que ocurrió en la cárcel de Rocha, cuando se incendió en 2010, y produjo la muerte de 12 reclusos.


Jueves 06 • Abril • 2017

Los dichos del Bicho

Columna de opinión.
A veces, uno sospecha que lo están agarrando de gil. Otras veces, está seguro. Tal cosa sucede, por ejemplo (un caso entre muchos), tras las explicaciones del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, acerca de por qué los presos “con recursos” van a cárceles que podrían considerarse lujosas (al menos si se las compara con las otras). En resumen, lo que dijo es que si se los enviara a una cárcel común, parte de esos recursos podría pasar a manos del resto de los presos, a causa de “peajes” y presiones diversas. Otros mencionan la seguridad de los detenidos, pero eso no cambia el fondo de la cosa. Está bien, tal vez no sea conveniente juntar aleatoriamente a cualquier preso con cualquier otro, pero el detalle que no se explica es por qué el que tiene “recursos” tiene que ir a una cárcel de lujo. Si a dos delincuentes normales se los separa para evitar, pongámosle, que se maten, no se manda a uno de ellos a una celda con losa radiante e internet, y al otro a una mazmorra medieval. Sería algo arbitrario, ilógico e injustificado. Entonces, ¿por qué deberíamos tomarlo como algo normal cuando se trata de un presidiario rico y otro pobre? Porque de eso estamos hablando, y no de otra cosa. El eufemismo de los recursos no camufla demasiado al clasismo que subyace.
Redundando: perfectamente -siguiendo esa lógica- podría haber dos cárceles iguales, una para chorros pobres, y otra para esos chorros ricos que serían injustamente esquilmados por los chorros pobres si se los pusiera a todos juntos, como en los bancos de una escuela. Pero parece que hacerlos pasar frío y prohibirles usar el celular no es aplicable en su caso; esta gente no está acostumbrada a tales penurias. Sería una crueldad.
El colmo del absurdo es cuando Bonomi dice que lo de la losa radiante es para evitar situaciones como el trágico incendio de hace unos años en la cárcel de Rocha. Perfecto: se incendia una cárcel para pobres, y la solución es mejorar el sistema de calefacción en las cárceles para ricos.
Insisto: sé que los términos “pobre” y “rico” suenan medio trasnochados -o a canción de protesta sesentista- en estos tiempos meritocráticos. Pero los elegí adrede, porque para algo están las palabras: para usarlas como corresponde. Se me dirá, con razón, que en esas cárceles de lujo también hay pobres. De hecho, se supone que fueron pensadas para presos con buena conducta, que demostraron merecer estar ahí; aunque en el caso de los delincuentes de cuello blanco no queda claro el mecanismo mediante el cual su condición social suma puntos en la hoja de méritos.
La situación carcelaria, con sus inequidades, es el tema de fondo, nadie lo dude, pero aquí también estoy criticando una forma de comunicar, que parece marcada por el cansancio y la desesperanza. Podría haberse probado con un “Es injusto, pero nos tenemos que manejar con las cárceles que hay, y no tenemos una que no sea de lujo y en la que se pueda ubicar a los delincuentes cuya seguridad debemos proteger”. Ahí la pregunta sería: ¿Y por qué no tenemos? Pero al menos la discusión correría por carriles más sensatos. Igual, ni siquiera se intentó esa explicación.
Los hechos indican que cuando se procesa a un ladrón de cuello blanco (expresión que siempre me hace pensar en algún tratado de ornitología), la gente ya sabe que va a ir a una cárcel de las lindas, y no le erra. Y no digan (porque ya lo he escuchado) que un delito de estafa no es comparable a un asesinato. No hay necesidad de compararlos, ya que en las cárceles tipo colección de depósitos abarrotados, como el Comcar, no sólo hay asesinos. Por otro lado, sí los hay en Domingo Arena, y de los grosos.
El mensaje que se le da a la población es terrible. No importa qué gobierno haya, no importa lo que haya costado ponerlo ahí: algunos siguen teniendo ventajas incluso cuando, habiendo cometido delitos groseros y que tomaron estado público, no hay más remedio que mandarlos presos. Si el hijo de mi vecino asalta un par de verdulerías, recibirá un castigo bastante más severo que si el hijo de los Menéndez Iturriberry de Garompa vacía un banco, o pone un lavadero para narcos.
Se nos pide que no metamos a todos en la misma bolsa y que no estimulemos el descreimiento en la política, porque ya sabemos a dónde conduce. En principio estaría de acuerdo, pero ¿vamos a colaborar un poquito? Sobre todo en estos tiempos, en que andamos tan quisquillosos con las irregularidades de algunas democracias ajenas.

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